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ENTRE LINEAS

Mercadeo judicial

Mercadeo judicial

- Veamos ¿no pueden subir Uds. un poquito más la cantidad? Venga, que entre 1.200 y 1.500 €uros estaría bien.

 

El togado negro se dirigía con estas palabras al abogado de la empresa demandada con cierto aire de fastidio y es que, al juez, le gustaba conciliar aquellas nimiedades de reclamación de cantidad planteadas por los trabajadores, trabajadora en el presente caso, antes de la hora (u hora y media) del desayuno.

 

Con anterioridad a la vista del juicio y cuando aún no habían entrado los contendientes a la sala, el administrador de justicia a través de la oficial del juzgado, había conminado a las partes a que llegasen a un acuerdo. La respuesta de ambos había sido negativa. La trabajadora no se apeaba de los casi 5.000 €uros que presuntamente le adeudaba la empresa y ésta, erre que erre, empeñada en que sólo eran 200 €uros los que podía discutirla a su ya extrabajadora. Además ambas partes tenían más que hablado un asunto que había comenzado hacía más de tres meses en un acto de conciliación, obligatorio y previo, en el que se habían reafirmado en sus posturas. No había posibilidad de acuerdo. Ahora, viendo cerca el día del juicio, lo único que esperaban los abogados después de preparar primorosamente el día de la vista, era que el juez se hiciese cargo de las argumentaciones de ambas partes, de las pruebas y que dictase sentencia dando o quitando razones. Lo que esperaban, en definitiva, es que el magistrado hiciese su trabajo.

 

 

En esas estaban. A las 9’35 horas habían sido citados los contendientes en los juzgados de lo social de Barcelona. Como siempre las partes se habían vuelto a tantear por si alguna de las dos cedía. Nada. Todo igual. “Compañero lo tengo muy claro. Hay mucha jurisprudencia sobre estos temas”, se decían recíprocamente. Cuando a su señoría le pareció bien aparecer por su atalaya en forma de despacho, citó a los letrados para forzarlos al acuerdo. No hubo manera, ambas partes querían que el ilustre togado hiciese su trabajo dictando sentencia.

 

- ¿Y 1.100 €uros? ¿Pagarían Uds. 1.100 €uros?, insistía el juez.

 

- Señoría, mi representada, no cree adeudar más de 200 €uros a la trabajadora… - empezó diciendo el letrado de la demandada…

 

- ¡¡Pues eso, redondeen, hombre de Dios, redondeen hasta 1.000 €uros!! Cortó al ‘alivio’ (*) el ángel negro del Juzgado.

 

- Señoría nuestra reclamación de cantidad asciende a 5.000 €uros y redondearla hasta 1.000 €uros, sería demasiado generoso por nuestra parte- el que hizo esa intervención era, obviamente, el abogado de la trabajadora reclamante.

 

- Nada, nada, seguro que la señora –afirmó el juez dirigiéndose a la pobre trabajadora que acurrucada en el primer banco de la sala de vistas, asistía impávida al “espectáculo”- quiere hablar con Ud. ¿Verdad señora que sí? Venga, hagan el favor de salir a hablar un momentito.

 

Letrado y señora salen de la Sala.

 

- Con todos mis respetos señoría –hablaba ahora el abogado de la empresa- no estoy autorizado a llegar a esa cantidad y, la verdad, no sé cómo podré explicárselo a mi cliente… Ya sabe. No entienden estas cosas de funcionamiento de la justicia.

 

- ¿Y 800 €uros? Venga Sr. Letrado, que estaban Ud. dispuestos a pagar 200 €uros y solo tienen que hacer un pequeño esfuerzo más. Redondee Ud., redondee. Además ya sabe que todas estas cosas “de la justicia” siempre son muy opinables –dijo el juzgador sin ocultar una cínica sonrisa en su boca.

 

“Entendido el mensaje”, pensaba el abogado de la empresa “Tú hoy no quieres trabajar y ya me estás amenazando que si no pago el ‘impuesto revolucionario’ me atenga a las consecuencias. ¡Joder! ¡¿Por qué coño no nos habrás citado para después de la hora (u hora y media) del desayuno?! ¡¡ Es más, ¿por qué cojones no nos has dicho antes que este asunto te fastidiaba y me hubiese ahorrado todo el trabajo de prepararlo? ¡!. En fin. Ya veremos lo que le explico al cliente”

 

- ¿800 €uros, señoría? Bien, en aras a intentar una solución y aunque esta parte esté convencida de su postura, aceptaría abonar los 800 €uros- claudicó el letrado de la demandada.

 

Vuelven a entrar en la Sala como si una pareja de “mossos d’esquadra” se tratasen, el abogado y la compungida señora, “parte actora” que se denomina en el erudito lenguaje judicial.

 

- Letrado –se dirigió el juzgador al representante de la actora- el acuerdo está en 800 €uros. Señora ¿A qué está bien eso de 800 €uros, eh?

 

- Señoríaaaa –dijo arrastrando la última letra, como si quisiera morder la palabra un enrojecido letrado al borde del colapso nervioso- ¡Que ya llevamos rebajados más de 3.000 €uros! ¡Que estamos siendo muy generosos!

 

- Señor letrado –hablaba ahora el togado negro- he estado repasando lo que argumenta en la demanda y, sinceramente, ¿está Ud. convencido de continuar adelante? Piense que tengo aquí jurisprudencia reciente del Tribunal Supremo que se ha pronunciado muy claramente respecto a lo que plantea – dijo el juez mientras aireaba unos papeles encima de su mesa como si en verdad se tratasen de las sentencias a las que había aludido amenazadoramente- De acuerdo, de acuerdo ¿Señora, qué le parecen a Ud. 850 €uros? –se dirigía el juez ahora a la señora.

 

- Bueno, yo creo que, si de redondear se trata, su señoría, que sean 900 €uros –se envalentonó la trabajadora reconvertida ahora en ‘pujante’ de su reclamación.

 

- ¡¡900 €uros y no se hable más ¡! ¡Y ya le explicará Ud. a la empresa las bondades del acuerdo! ¡Y ya está bien que con este asunto ya llevamos por aquí más de una hora! ¡Pasen Uds. a firmar el acta en secretaría, venga ¡ – se despachó el juzgador dando por concluída la sesión.

 

Al cabo de cinco minutos dos letrados, al menos eso decía en sus carnets profesionales raídos por la vestustez de más de veinticinco años de ejercicio, hablaban de lo caro que les había costado el quilo de expediente judicial en el mercado de la justicia. Mientras eso ocurría, un tres de mayo de dos mil seis pasadas las diez cuarenta de la mañana, el jefe de aquél puesto del mercado se dirigía al abrevadero con una sonrisa que delataba su satisfacción por el deber cumplido.

 

(*) Alivio= una de las tantas denominaciones coloquiales de ‘abogado’.

14 comentarios

A Brisa, muy largo se lo fía--- -

Es que como no regreses ya no te "ajunto" más... (¡Que te crees tú eso! Como soy algo primitivo, iré a buscarte con una garrota (de palabras) y te arrastraré por lo pelos (versión libre :-)).

P.S. Estuve en mi querida Mallorca desde el viernes pasado hasta el lunes, viviendo el privilegio del sol, del mar... y ¡¡ del consejo de administración !! :-((

Brisa -

jooo es muy largo y no me da tiempo de leerlo como me gusta ahora :( así que regreso luego..

PD: alaaaa estas en Palma? :)
besossss¡¡¡ seguro que he dicho una tontería jaja

Para monocamy que ni anestesidado deja la crítica de lado -

Bueno, bueno. Me alegra saber que no eres inmortal (lo había empezado a dudar ;-)). Ahora bien, no te empeñes en demostrarlo demasiado pronto.

Algo así te dejé en los comentarios el jueves, pero justo empezaba esta locura de blogia que sólo me deja ver ladrillos...¡¡¿¿ Será que me están lanzando una indirecta y querrán decirme que lo que escribo es un ladrillo??!!
Vale. Que te compres un coche y que me alegro que te haya sentido tan bien la anestesia. Un abrazo.

P.S. Y para darte un poco de envidia, a tí y a tod@s. En estos momentos disfruto de unas vistas magníficas a la bahía de Palma...

monocamy -

PROTESSSSSSSTO.... !!

digo... perdón. Efectos secundarios de la anestesia :D Bueno, vale, yo protesto igual anestesiado o no, qué pasa :P

Te he agregado al messenger, por supuesto que estaría encantado de hablar contigo. No lo uso mucho pero algún día coincidiremos ;). A ver cómo te defiendes en riguroso directo jejeje

:D

Para La Luna, la única que encontró la botella... -

Pues bienvenida a este particular caos organizado...;-)

Para Noa-, afortunada con los abogados -

Si quieres un consejo, con quién te tienes que llevar bien es con l@s juec@s que son l@s que te van a \"administrar\" justicia...

Para clara, en tanga judicialmente hablando -

Hay un proverbio judicial que dice que \"cuando alguien pide justicia es que quiere que le den la razón\". No le hago mucho caso a ese proverbio porque no estoy muy seguro que se cumpla el axioma. Ahora bien, lo que no me cabe ninguna duda es que siempre se cumple otro dicho judicial que dice: \"justicia lenta igual a injusticia\". Un beso y suerte.

Para Pléyades -

Hoy no te pongo adjetivos, ni comentarios. Estoy triste, de veras. Por tu despedida, claro y por que no soy buen comunicador ya que no he sabido transmitirte el \'tono\' ni el \'matiz\' del último comentario que te hice. Fue con una sonrisa, sin dobleces ni una pizca de mala intención, ni ... bueno, pues eso, que me gustaría que siguiesemos sonriendo, sonrojándonos, discutiendo, divergiendo, opinando aquí o en los espacios que te parezca. Tus aportaciones me enriquecen y, si te sirve de algo, no solo a mi, sino a tod@s l@s que nos leen. Un saludo.

Para unjubilado en el momento que se le hizo la luz en estas páginas -

Por supuesto que el derecho es una cosa apasionante, a pesar de los jueces y, sobre todo, los políticos. Solo he pedido durante todos estos años que se nos respete un poco más a todos aquellos que trabajamos en la \"cosa de la justicia\"... Un abrazo y no tengas pleitos ;-)

La Luna -

Ufff, justicia, peliagudo tema.
Interesante botella la tuya en el mar de los blogs.

Noa- -

Suerte que todas mis relaciones con los abogados de momento han sido de amistas. Ya veremos que pasa cuando sean de otro tipo...

clara -

Demasiado sensibilizada con este tema. Llevo tres años con un proceso judicial que empezo por la vía civil y ha acabado en la penal. Espero que antes de final de año sea el juicio. He alucinado todo este tiempo, si yo no me hubiera movido, si no hubiera estado todo el tiempo encima del tema (mi abogada simpre me lo dice que gracias a lo que yo he hecho estamos donde estamos),el proceso estaría en \"bragas\".
He llorado, me he sentido impotente en un montón de ocasiones, luchando contra la inoperancia, he desesperado, he amenazado, no sé, han sido tantas cosas...
Y ahora después de visto lo visto, tengo tan poca esperanza de que se haga verdadera justicia... quién sabe, igual me sorprenden y se ponen a trabajar ese día,EL DIA DEL JUICIO, mientras, ya he trabajado yo por ellos, que impotencia siento...
Un beso C

Pléyades -

Esto demuestra que no hay nada nuevo bajo el sol...Criticamos lo pintoresco del regateo en paises \"tercermundistas\" y obviamos lo que pasa en nuestra sofisticada y tutelada sociedad. Un beso de despedida...no me gusta ir de vivales por la vida

unjubilado -

Ahora entiendo muchas más cosas de este blog y su autor, claro que el mundo del derecho es una cosa apasionante, pero prefiero no tener que pasar nunca por el Mercadeo judicial, para poder llegar a un acuerdo con la parte contraria. Si es posible, ni siquiera pasar por los abogados, pero claro todos tenemos que vivir.
Un saludo.